
Todos pensamos que ahorrar es bueno, pero ¿en qué consiste el ahorro sabio?
¿En dónde aprendemos a ahorrar? La gran mayoría de las personas aprenden finanzas personales en lo que vieron de sus padres (y si tuvieron algo de suerte, lo que les enseñaron).
Y aunque lo que aprendemos en casa es un inicio, lo cierto es que necesitamos otras fuentes para aprender de finanzas personales.
Cuando nos acercamos a la Biblia para obtener sabiduría financiera, podemos estar seguros de que podemos aprender la forma más sabia e inteligente para trabajar, ganar dinero, gastar, ahorrar e invertir.
Repasando algunos pasajes de las Escrituras, hoy te presento 3 características bíblicas del ahorro sabio:
1- El ahorro sabio es posible cuando gastamos menos de lo que ganamos.
Esto es lo más simple, pero también puede ser lo más difícil.
En el pasaje de Proverbios 21:20, donde aprendemos que el ahorro es sabio e inteligente, vemos que mientras el sabio ahorra, el necio se gasta todo.
Así que, el primer objetivo, cuando recibimos nuestro ingreso, es gastar menos de lo que ganamos, para así poder abrir la posibilidad del ahorro.
Lo anterior aplica para cualquier edad. No importa si:
- Eres un niño que recibe “domingos” (una pequeña cantidad semanal que algún papa o familiar le da).
- Un muchacho que recibe dinero de sus papás para sus gastos semanales.
- Un joven profesionista.
- Un trabajar experimentado.
- Un emprendedor con su propio negocio.
- Un trabajador por cuenta propia (freelancer), con ingresos variables.
- Una persona retirada del trabajo formal que vive bajo pensión.
El ahorro no depende de cuanto ganamos, depende de que aprendamos HOY a gastar menos de lo que ganamos.
2- El ahorro es producto del trabajo
Podemos aprender del ahorro al observar la hormiga trabajadora, como viene descrita en Proverbios 6:
“Ve a la hormiga, oh perezoso,
Proverbios 6:6-8
Mira sus caminos, y sé sabio;
La cual no teniendo capitán,
Ni gobernador, ni señor,
Prepara en el verano su comida,
Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.”
La hormiga realiza las siguientes actividades:
- Trabaja durante la temporada propicia (el verano).
- Mediante su trabajo, va a recoger su comida y la lleva al hormiguero.
- Aunque come durante el verano, recoge tanta comida que almacena el sobrante.
- Una vez que llegado el invierno, se refugia en su hogar, y se mantiene con lo que almacenó durante el verano.
Si la hormiga no trabajara, no podría juntar la comida que requiere para comer durante la época del trabajo (el verano), y acumular el excedente para la época de escasez (el invierno).

El trabajo es debe ser la fuente principal de ingresos (aunque no necesariamente debe ser la única). Gracias a que trabajamos, es que es posible ahorrar.
3- El ahorro sabio es un hábito
Así como las hormigas tienen la costumbre de salir a trabajar, solo comer lo necesario y almacenar el extra, así también el ahorro sabio es una práctica que debe ser constante.
El sabio, que acumuló tesoro precioso y aceite en su casa (Proverbios 21:20), no podría lograrlo si no fuera disciplinado en estar siempre separando una parte de sus ingresos para el ahorro.
Debes establecer el ahorro como un hábito. Esto implica lo siguiente:
- Debes hacerlo intencionalmente.
- Debes separar una cantidad específica cada vez que recibes tu salario o ingreso.
- Idealmente, debes hacerlo antes de realizar gastos (el ahorro residual, o ahorrar lo que te queda al final de quincena, muy rara vez funciona).
- Debes tener un destino específico (caja fuerte, cuenta bancaria, cuenta de inversiones, hasta debajo del colchón puede funcionar).
- Debes hacerlo siempre (así se vuelve un hábito).
Y tú, ¿estás ahorrando? ¿Es tu ahorro sabio, o tu ahorro es de otra manera? ¿Crees que hay otras características el ahorro sabio?
Apreciamos tu opinión, por lo que considera dejar un comentario.
¡Dios te bendiga!