Estudiando la Biblia, podemos tener 5 lecciones financieras del libro de Hageo
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¿Puedes creer, que en un libro poco conocido de la Biblia, puedas encontrar hasta 5 lecciones financieras en el libro de Hageo?

Siendo Hageo uno de los libros más pequeños del Antiguo Testamento, que pareciera enterrado en el grupo de los profetas menores, no es el tipo de libro bíblico que despierte mucha atención. Sin embargo, como parte de la Escritura, tiene lecciones valiosas para el cristiano, y en este caso, también lecciones financieras.

Escrito durante los tiempos de rey Darío de Persia, durante el primer regreso del exilio desde Babilonia a Judea, dirigidos por el sacerdote Josué y el gobernante Zorobabel (Esdras 2 y 3). La revelación de Hageo es contemporánea a los libros del sacerdote Esdras, el gobernador Nehemías y el profeta Zacarías. 

Antes de continuar, te animo a leer primero este libro, es una lectura rápida, pero profunda.

Así que, aquí están las 5 lecciones financieras del libro de Hageo.

Lección 1: Debemos honrar primero a Dios con nuestras riquezas, después atender nuestros negocios

La falta de atención en reedificar el templo por parte de los recién llegados a Jerusalén, era una evidencia externa del desinterés espiritual de los judíos por Dios y por su ley. Estaban más interesados en edificar sus casas con muchos adornos, mientras el templo estaba desierto (Hageo 1:4). 

Pero el orden es claro, primero es Dios y luego nuestras casas, nuestros negocios, nuestros trabajos, nuestro dinero.

El cambio puede ser sutil y sucede con frecuencia. Debemos siempre estar alertas de que nuestro corazón no se desvíe de las prioridades espirituales que Dios ha marcado. 

En las finanzas, esto se refleja cuando estamos más interesados y preocupados por el dinero, los negocios, las inversiones, las ganancias, los clientes, el trabajo, la quincena, la rutina, etc. y no poner a Dios en primer lugar. Entonces descuidamos nuestra vida devocional, descuidamos nuestra asistencia y servicio en la iglesia local, dejamos de ofrendar, dejamos de dar a los necesitados, etc.

Lección 2: Dios puede usar la escasez y dificultad económica para que consideres tus prioridades espirituales

Dios nos pide que “meditemos en nuestros caminos” (Hageo 1:7). Ante la necesidad económica, debemos buscar el rostro de Dios, y discernir si Dios está usando la necesidad económica como una señal de que nuestras prioridades espirituales están incorrectas. Si tal vez estamos descuidando nuestra vida devocional. Si estamos amando al mundo y las cosas del mundo y no amamos al Señor (1 Juan 2:15).

Esto debe analizarse de manera personal, ya que no existe una relación entre la riqueza y la piedad. Hay ricos piadosos y pobres malvados. No podemos juzgar la espiritualidad de alguien por la cantidad de dinero en su cuenta bancaria. Más bien, cada quien debe analizar su propia situación espiritual, y ver si Dios está llamando tu atención a través de la falta de recursos.

Lección 3: Si ordenas tu corazón en el área financiera, Dios puede bendecirte económicamente

Después de trabajar en el templo, Dios vuelve a hablar al pueblo de Israel en el capítulo 2, 

De hecho, debido al engaño de las riquezas (Mateo 13:22) y los peligros espirituales que vienen con ellas, se requiere madurez espiritual para manejarlas de manera agradable a Dios. 

Ahora, esto no es una regla que se cumpla al 100% y en todos los casos (por eso el énfasis en la palabra “puede“, no dice “debe”). En ninguna parte del Nuevo Testamento, Dios garantiza abundancia material a todos aquellos que viven piadosamente delante de Dios. Pero definitivamente, es más probable que Dios entregue mayores recursos a un siervo fiel, que a uno que es infiel, ya que este siervo fiel utilizará esta riqueza adicional para traer mayor gloria a Dios (es una de las conclusiones de la parábola del mayordomo infiel, Lucas 16:1-12).

Lección 4: Esfuérzate en trabajar para honrar a Dios con lo que tienes hoy, a pesar de lo que tuviste en el pasado o lo que tienen otros.

Dios anima a aquellos que vieron la gloria del templo de Salomón, cuyo esplendor era mucho más grande que este templo, que pudieron construir con mucho sacrificio (Hageo 2:3-4).

Tal vez en el pasado disfrutaste de abundancia y hoy atraviesas por dificultades financieras. Puede que incluso te desanime ver tu propia escasez, mientras que a otras personas (creyentes o incrédulos) pareciera que el dinero no es problema. Hoy Dios te anima a que dejes de ver hacia afuera, dejes de ver a otros y empieces a trabajar con lo que tienes hoy, para así cumplir los llamados específicos que Dios ha hecho en tu vida.

De hecho, la base del esfuerzo, es que Dios está con nosotros (Hageo 2:5). Creo que Dios quiere trabajar contigo a través de tus finanzas personales, para moldear tu corazón, para ser más como Jesucristo (Romanos 8:29).

Lección 5: Dios es dueño de todas las riquezas

Como puedes leer en esta publicación, en Hageo 2:8, Dios declara que a Él le pertenece la plata y el oro, los elementos más valiosos y apreciados en esa época. Dios es dueño de todas las riquezas de este mundo. Y Él en su momento utilizaría estas riquezas para que este segundo templo tuviera más gloria que el imponente templo que Salomón hizo (Hageo 2:9). De alguna manera, esto se cumplió con el templo se construyó Herodes en los tiempos de Jesús, pero tendrá su cumplimiento final cuando se instale el reino milenial de Jesucristo en el futuro.

Conclusión

Dios también habla a través de tu situación económica. De hecho, el cómo usamos nuestro dinero habla de nuestras prioridades espirituales (Lucas 12:34). Si atraviesas una situación económica complicada, el primer paso no es tomar medidas económicas, es examinar nuestro corazón a la luz de la Palabra de Dios.

“Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir…” (2 Timoteo 3:16). Que Dios utilice el libro de Hageo para moldear tus finanzas personales.

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¡Dios te bendiga!