“Porque el reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.”
Mateo 25:14-15
Cuando pensamos en los bienes que poseemos (dinero, automóviles, ropa, cuerpo, vida, mente, conocimiento, tiempo, etc.), es fácil que nos acostumbramos a tenerlos con nosotros. Esta “familiaridad” puede llevarnos a olvidar fácilmente de la administración o mayordomía del dinero y los recursos que Dios nos ha dado.
Ya hemos hablado que a Dios, como creador y dueño de todo lo existente, le pertenece la riqueza de toda la creación. Así que, todo lo que “tenemos”, le pertenece a Dios y tenemos responsabilidad de administrarlo.
Así como en la parábola de los talentos en Mateo 25:14-30, donde el señor entregó cierta cantidad de dinero a los siervos según su capacidad, nosotros somos mayordomos de los recursos que Dios ha depositado en nuestras manos.

Te comparto 3 puntos para entender mejor la importancia de la mayordomía del dinero de Dios.
Los mayordomos son representantes de su Señor
En los tiempos bíblicos, los mayordomos tenían estas características:
- Ser representantes legales de su señor.
- Su señor le tenía mucha confianza.
- Se encargaba de organizar las tareas y actividades de la casa.
- Se encargaba de administrar los bienes, las riquezas y los negocios del Señor.
- Cuidar y alimentar a los siervos.
- Podía realizar negocios y transacciones a nombre de su señor, por su representación.

Pablo describe a los cristianos como “embajadores en nombre de Cristo” (2 Corintios 5:20).
Si nuestras acciones son ante el mundo como cartas escritas por Cristo y leídas por todo el mundo (2 Corintios 3:2-3), es claro que llevamos el nombre y la reputación de Jesucristo en nuestras vidas.
Y el cómo administramos del dinero de Dios, es un mensaje al mundo sobre Dios mismo.
Los mayordomos tienen la responsabilidad de cuidar los bienes del Señor
El mayordomo es un guardián de las riquezas de su amo. Él estaría al pendiente del manejo, de la ubicación, del estado y de la proyección a futuro de los bienes de su patrón.
Dios nos ha dado muchas cosas y nosotros, como buenos administradores, debemos contestar adecuadamente las siguientes preguntas sobre los recursos de Dios:
- ¿Lo estoy utilizando de la mejor manera?
- ¿Le agrada a Dios como uso sus recursos?
- ¿Están en el mejor lugar que es posible?
- ¿Están bajo el mejor cuidado posible?
- ¿Estoy procurando que crezcan, en la medida de mis posibilidades?
- ¿Estoy al pendiente de posibles amenazas y trabajo para la mejor protección de los recursos?
Puede ser posible que no los usemos de la mejor manera, que estén desorganizados, descuidados u olvidados. En ese momento, debemos recordar nuestra responsabilidad como cuidadores de los bienes de Dios.
Los mayordomos darán cuentas al Señor de cómo se utilizaron sus recursos
Así como el señor de la parábola de los talentos regresó a su tierra y pidió cuentas a sus 3 siervos sobre cómo habían utilizado su dinero, debemos recordar que un día Jesucristo volverá y como Señor de señores, llamará a los cristianos a comparecer.
Ante el tribunal de Cristo (Romanos 14:10-12), daremos cuenta ante Jesús sobre lo que hicimos con nuestras vidas. Y eso incluye los recursos financieros que Dios depósito bajo nuestra responsabilidad.
Hoy es el día de evaluar como estamos administrando los recursos económicos de Dios. Recuerda, un día daremos cuentas delante de Él.

¿Qué piensas del artículo? ¿Conocías la importancia de la mayordomía del dinero de Dios? ¿Cómo cambia tu perspectiva sobre tus bienes?
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¡Dios te bendiga!