3 formas de riqueza nuestra que realmente le pertenecen a Dios
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¿Piensas que tus posesiones te pertenecen en su totalidad?

Cuando algo te acompaña durante mucho tiempo, el cerebro humano tiene la costumbre de dejar de pensar en ello, con el fin de ahorrar energía para procesar lo que realmente requiere tu atención. En otras palabras, nos acostumbramos a aquello que se ha vuelto común en tu vida.

Así, cuando algo se vuelve cotidiano y al dejar de pensar en ello, podemos perder de vista algunas consideraciones sobre ese “algo” tan común en tu vida.

Normalmente, no pensamos mucho en la ropa que tienes en el closet, o en esa casa en la que has vivido por mucho tiempo. Tal vez tienes algunos años en el trabajo y realizas las mismas actividades. Puede ser que ya te acostumbraste a la escuela, las materias, los maestros y los compañeros. Tu familia (papás, hermanos, tíos, sobrinos, abuelos, etc.) te ha acompañado desde que tienes uso de razón.  Puede ser que estés utilizando el mismo banco por mucho tiempo. Incluso, el tiempo cada vez pasa más rápido y los cumpleaños cada vez son menos emocionantes. 

Pero quiero llamar tu atención al hecho de todas esas cosas que muy fácilmente se vuelven comunes en la vida de las personas, tienen un solo dueño absoluto.

Su nombre es Dios.

Aquí algunas cosas que piensas que “tienes”, pero son de Dios

  • Tu vida y tu tiempo,
  • Tu cuerpo, tu mente y tus emociones.
  • Tu familia.
  • Tu dinero.
  • Tu casa y tu ropa.
  • Tu trabajo.
  • Tu iglesia.
  • Tu escuela, tus amigos.
  • Tu celular
  • Tu ciudad o pueblo donde vives.
  • Y todo aquello que no mencioné, pero que existe en el Universo, le pertenecen a Dios por derecho (Él es el Creador).

Hablando sobre finanzas, debemos reconocer que “tú” riqueza no es tuya, realmente le pertenece a Dios. Como ya hemos visto, la riqueza del universo le pertenece a Dios. ¿Cómo es que Dios es dueño de tu riqueza?

Veamos brevemente las 3 formas de riqueza que realmente son de Dios:

1- LA RIQUEZA DEL DINERO

Eso incluye el dinero que está en tu cartera y las moneditas que están perdidas por toda tu casa. También incluye el saldo de tu cuenta bancaria y tu cuenta de ahorros. Si eres más previsor, a Dios también le pertenece el dinero de tus inversiones (sea de la naturaleza que sean) y en tu AFORE (fondo para el retiro). 

2- LA RIQUEZA DE LOS BIENES 

Todas aquellas cosas que te pertenecen y que puedes convertir en dinero (liquidar), también son de Dios. Eso incluye tu ropa, tus muebles, tu casa, tus vehículos y tus electrodomésticos (cocina, estufa, refrigerador, lavadora, etc.).

También tus aparatos electrónicos (computadora, laptop, tablet, celular, impresora, etc.). Si tal vez eres dueño de algún bien inmueble (departamento, casa, terreno, bodega, etc.), también son de Dios.

3- LA RIQUEZA EN LAS HABILIDADES PARA HACER DINERO

Esto incluye lo que sabes hacer ahorita y que puedes convertir en algún producto o servicio que le puede servir a los clientes y tener una ganancia. Sea a través de un trabajo formal o un negocio.

Si tú estás estudiando una carrera universitaria, estás cultivando habilidades que te servirán en un futuro para poder trabajar y ganar dinero. Lo que sabes y lo que estás aprendiendo (sea una habilidad mental o manual), se puede traducir en riqueza. Y también lo que sabes y lo que estás aprendiendo, son de Dios.

El rey David oró al Señor después de dedicar los materiales para la construcción futura del templo de Salomón, dando gracias por la generosidad del pueblo. En su oración de gratitud, David simplemente reconoce que todo le pertenece a Dios, y simplemente le estaban devolviendo un poco a través de la ofrenda (1 Crónicas 29:14).

Como David, seamos humildes en reconocer que Dios es dueño de toda nuestra riqueza, en todas sus formas.

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¡Dios te bendiga!